El riesgo de longevidad es la posibilidad de que la gente viva más de lo que se espera. Desde hace cientos de años, conocer cuánto tiempo se vivirá ha sido una verdadera incógnita para el ser humano. Vivir más años suena como una buena noticia, pero cada vez más es un gran desafío. En especial, lo es para las empresas aseguradoras y para el sector público.
Tabla de contenidos
¿Qué es el riesgo de longevidad?
La longevidad es el tiempo de vida que tendrá el ser humano. Así, podemos definir el riesgo de longevidad como la posibilidad que las personas vivan más tiempo de lo esperado. Cuando las personas tienen una esperanza de vida mayor de la esperada, aparece un gran riesgo para las empresas aseguradoras.
Aumento de la longevidad: causas y consecuencias
Algunas de las causas que actualmente hacen que la longevidad sea mayor son:
- La consolidación del estado del bienestar.
- Los avances médicos y mejora de la sanidad.
- La Reducción de accidentes laborales y de tráfico.
Mientras que en España la esperanza de vida en 1990 era de 76,84 años, en 2020 es de 83,33. Se estima que el 2040 la esperanza de vida será de 85,8 años, convirtiéndose en uno de los países más longevos del mundo.
Que exista una mayor longevidad, afecta directamente a los fondos de pensiones y a las empresas aseguradoras al tener que financiar jubilaciones más largas. Se estima que los jubilados del futuro dependerán de los fondos públicos y sus ahorros durante unos 20 años de media.
¿A quién afecta el riesgo de longevidad?
Aunque sea una buena noticia que las personas puedan vivir más cada vez más tiempo, eso puede ser un gran desafío para la sociedad.
El riesgo de longevidad afecta directamente a:
- Sector privado, en concreto a las compañías aseguradoras y a las rentas vitalicias que fueron vendidas con tipos de interés muy elevados.
- Sector público con el sistema de pensiones. Cuanto más tiempo viva la gente, más dinero tendrá que desembolsar el estado, por lo que será un aumento en el gasto público.
- A nivel particular, a los contribuyentes de los planes de pensiones. Si se estima una longevidad más larga, lo que se percibirá mensualmente del plan de pensión será menos de lo que se podría haber calculado al momento de la contratación.
Cómo afecta el riesgo de longevidad en el sector asegurador
Desde el 2016 existe una normativa llamada Solvencia II. Esta normativa establece que las empresas aseguradoras están obligadas a tener dinero guardado para posibles imprevistos.
Siguiendo la normativa, es obligatorio crear diferentes escenarios para calcular la ratio de solvencia (SCR). Uno, en caso que exista un incremento repentino de la mortalidad como ha sucedido con el Covid-19. El otro se debe hacer para hacer frente al riesgo de la longevidad. En este segundo escenario, las compañías aseguradoras deben asumir que la mortalidad se reduce en un 20%.
El cálculo del SCR también se puede realizar siguiendo modelos internos. Hay compañías aseguradoras que hacen sus propios estudios para medir el riesgo de longevidad y hacerle frente.
¿Cómo se mide este riesgo?
Según los modelos internos, se puede medir el riesgo de longevidad con una fórmula matemática. En primer lugar, se debe obtener información correspondiente a la población del país donde está la aseguradora para un periodo de 50 años y para las edades de 20 a 100. En general, las aseguradoras utilizan los datos procedentes de Human Mortality Database. Una vez se tienen los datos, se calcula la probabilidad de fallecimiento con una fórmula matemática y se aplican varios criterios para realizar una proyección.
Esto se realiza porque las compañías de seguros de todo el mundo tienen rentas vitalicias en sus pasivos. En la mayoría de casos, fueron adquiridas hace años y ahora merman la cuenta de resultados de las empresas.
Efectos de Solvencia II en las compañías aseguradoras
Solvencia II obliga a tener una sobredotación en el pasivo, lo que afecta negativamente a la cuenta de resultados de la empresa aseguradora. Para hacer frente a esto, se intenta trasladar el riesgo de longevidad fuera de sus balances. Esto se hace a través de contratos de reaseguros u operaciones financieras más avanzadas.
El futuro de las aseguradoras y el riesgo de longevidad
Aunque se realicen cálculos, existe una incertidumbre en el comportamiento futuro de la mortalidad por desconocimiento de los avances médicos. También se debe mencionar que los métodos usados para calcular la proyección de longevidad no tienen un criterio predeterminado y son muy complejos. Además, existe un coste muy elevado para trasladar el riesgo de longevidad a fuera de la compañía.
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