La evaluación de los riesgos laborales en una compañía es fundamental para evitar accidentes y establecer un buen plan de prevención o sistema de gestión de seguridad y salud en el trabajo. Por ello, resulta imprescindible que los profesionales de la Gestión de Riesgos conozcan cómo hacer una evaluación de riesgos laborales y sepan implementarla de forma efectiva.
El plan de prevención que tiene que tener toda empresa se puede dividir en dos apartados. Por un lado, la evaluación de los riesgos a los que se someten los empleados, y por otro la planificación preventiva, con el fin de minimizar esos riesgos de accidentes laborales.
En lo que respecta a la evaluación de riesgos, el primer paso es la valoración de los mismos, para poder clasificarlos en función de la probabilidad y de las consecuencias que puede tener un determinado accidente laboral.
La valoración se realiza detectando los siguientes riesgos:
- Riesgos generales del centro de trabajo: Como puede ser el riesgo de incendio, de explosiones, caídas, etc.
- Riesgos debidos al puesto de trabajo: Que varían en función de la tarea o el entorno laboral en el que se mueve el trabajador.
- Posibles riesgos debidos a los productos químicos: Generalmente teniendo en cuenta los riesgos en toda la empresa.
- Otros riesgos debidos a los equipos de trabajo: Que pueden derivar de máquinas o herramientas que tenga que utilizar el empleado.
También han de valorarse otros aspectos, como las posibilidades de que se produzcan accidentes de trabajo relacionados con los contactos eléctricos (ya sea de una máquina o de las instalaciones de la empresa), con sustancias causticas o corrosivas o por accidentes de tráfico, entre otros.
A partir de esta identificación de riesgos de accidentes laborales, se podrán calificar posteriormente en función de su severidad (serán más graves mientras tengan consecuencias más inhabilitantes para el trabajador) y de la probabilidad de que ocurra el accidente de trabajo.
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Estimación de riesgos laborales
El siguiente paso en el proceso de evaluación será realizar, a partir de la clasificación anterior, una estimación de cada riesgo para establecer otra valoración dividida en:
- Trivial: No requiere ninguna acción específica.
- Tolerable: No requiere una mejoría preventiva pero sí comprobaciones periódicas.
- Moderado: Se deben realizar esfuerzos para reducir el riesgo, incluso aunque conlleve una inversión para la empresa.
- Importante: No se puede comenzar el trabajo hasta que no se haya reducido el riesgo.
- Intolerable: No se puede comenzar ni continuar el trabajo hasta que no se reduzca el riesgo, aunque haya que emplearse recursos ilimitados.
La evaluación de riesgos en sí se conforma con un documento que recoge todas estas variables y que recopila numerosa información para que el empresario esté en condiciones de tomar una decisión apropiada sobre las necesidades de tomar medidas preventivas para evitar accidentes, y cuáles.
Esta información contempla, entre otros aspectos, la identificación de la empresa y sus áreas de trabajo, los riesgos de cada puesto de trabajo, qué trabajos son habituales y cuáles son ocasionales, las distancias y alturas a recorrer por los trabajadores, o los accidentes y enfermedades profesionales ocurridos con anterioridad.
La importancia de una cultura preventiva
Una vez realizada la evaluación del riesgo, es fundamental establecer medidas preventivas. Para ello, se crea una planificación preventiva, que incluya, como mínimo, las fechas límites para la realización de actividades, los recursos necesarios, los medios materiales precisos, etc.
No obstante, la finalidad es establecer una cultura preventiva, e implantarla dentro de la empresa por medio del compromiso de los trabajadores y la alta dirección. Ya que, de lo contrario, las medidas preventivas no se realizarán o se realizarán de una forma inadecuada.
Puedes completar esta información y ver ejemplos de evaluación del riesgo en el webinar impartido por Jorge Herranz sobre Evaluación de Riesgos Laborales para EALDE Business School.
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