El trabajo de la Gestión de Riesgos sobre la perspectiva de ISO 31000 tiene presente tres elementos que conforman la incertidumbre: la variabilidad, la complejidad y el azar.
- Variabilidad. ¿Cuántos resultados es posible esperar?
- Complejidad. ¿De cuántas cosas depende que se dé un resultado y otro?
- Azar. De esas cosas de las que depende que se dé un resultado u otro: ¿Qué control tengo sobre ellas?
En la Gestión de Riesgos, los procesos se componen de entradas, acciones realizadas, y de salidas, producto de esas acciones realizadas. Por ejemplo, en un proceso de Dirección Comercial, las entradas pueden ser el número de vendedores, el número de visitas, el porcentaje de conversión, el precio medio de ventas o los gastos de representación. Por otro lado, las salidas en este proceso son las ventas, la satisfacción del cliente y las reclamaciones.
Las salidas dependen de las entradas. Sin embargo, las entradas no son deterministas, de ahí la complejidad del proceso. La variabilidad se introduce en las entradas para ver cómo afecta a las salidas. Por tanto, implica un grado de incertidumbre inherente al sistema.
En Risk Management, el enfoque del riesgo tradicional es distinto. En él se considera que este proceso de entradas y salidas sí es determinista, o lo que es lo mismo, que ante X entradas se obtendrán X salidas. Este enfoque se centra en la evaluación de eventos extraordinarios, aquellos eventos que puedan producir que las entradas difieran de forma significativa de las salidas esperadas.
Estos eventos se listan como fuentes de riesgo o como fuentes de peligro. Además, a cada una de ellas se les asigna una probabilidad de ocurrencia. Finalmente, contempla las posibles consecuencias.
Todos estos conceptos están ligados a la Gestión de Riesgos tradicional y de la nueva ISO 31000.
Información extraída del webinar impartido por Sergi Simón para EALDE Business School.
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