Las recientes turbulencias en los mercados financieros mundiales han arrojado nuevas pruebas de la importancia de la Gestión de Riesgos de liquidez como una práctica empresarial sólida. Un fenómeno que comenzó como un temor estrechamente enfocado con respecto al aumento de la morosidad en el segmento de hipotecas de alto riesgo subprime ha ampliado sus efectos para dar lugar a una escasez sistémica de liquidez en todo el mundo.
Una mirada a los diferenciales recientes entre las tasas de los depósitos interbancarios a tres meses y los swaps de tasas de interés a tres meses revela que este patrón peligroso aún persiste. Hasta principios de agosto de 2007, los diferenciales entre las dos curvas se mantuvieron estables a un nivel relativamente estrecho. Desde entonces, sin embargo, mientras los derivados como los swaps de tasas de interés han seguido de cerca las tasas oficiales de los bancos centrales, los diferenciales en relación con las tasas de depósitos interbancarios han aumentado repentinamente y se han elevado.
Muchos analistas siguen preocupados por las debilidades que persisten en el panorama global y advierten que una nueva crisis podría estar pendiente. Los bancos con escasa liquidez, así como la mayoría de las instituciones financieras no bancarias, se han visto obligados por la escasez de efectivo a endeudarse a plazos más cortos de lo normal, con tasas que siguen siendo muy superiores a las metas del banco central. El aumento en la carga de la tasa de interés actúa como una restricción de facto en los mercados monetarios, mientras que el endeudamiento extensivo en vencimientos a corto subóptimo aumenta el riesgo sistémico, lo que impide una gestión óptima de los desajustes de vencimientos.
En Gestión de Riesgos, las conexiones entre el riesgo de liquidez del mercado y el riesgo de liquidez del financiamiento fueron altamente instrumentales para causar que un problema relacionado con el crédito, relativamente limitado, en el mercado inmobiliario de alto riesgo resultara en una crisis crediticia en todo el sistema. Los factores que los conectaron y desencadenaron el déficit de liquidez incluyeron: titulización masiva; uso excesivo de valores garantizados; pérdida de confianza en las calificaciones (es decir, en la capacidad de los analistas para evaluar el riesgo real inherente al papel respaldado por activos); falta de reconocimiento del alcance completo del riesgo involucrado en el desajuste de vencimiento; y una diversificación inadecuada.
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