El Project Manager ha de conocer el agilismo y las prácticas tradicionales para poder aplicar en Dirección de Proyectos lo mejor de ellas. La virtud está en el hábito de actuar en el punto intermedio situado entre dos actitudes extremas para evitar el exceso y el defecto, según Aristóteles.
Tabla de contenidos
Desventajas del agilismo y de las prácticas tradicionales en Dirección de Proyectos
El Project Management tradicional cuenta con las desventajas de la no innovación, falta de creatividad y no resiliencia. Por su parte, con las metodologías ágiles el equipo no puede crecer, el alcance es pequeño y no hay requisitos de bajo nivel.
Agilismo vs. Prácticas tradicionales
En el enfoque tradicional de Dirección de Proyectos el alcance es fijo y el tiempo y el bache es un poco más flexible. Sin embargo, en el caso del agilismo sucede a la inversa: el alcance es flexible, mientras que el tiempo y el bache son fijos.
Para saber cuál de estos enfoques es más recomendable, hay que considerar la naturaleza del proyecto, los miembros del equipo del proyecto, la cultura de la empresa, el cliente y el entorno. La compañía puede regirse por un alto control, estructuras jerarquizadas y requisitos muy bien definidos. En el entorno de competencia se premia la excelencia, la eficiencia y rapidez. Otro posible escenario es el del crecimiento, que persigue no solamente la excelencia, sino una visión a largo plazo de la empresa. Finalmente, el entorno puede ser de colaboración, en el que los líderes de los grupos cambian en función del tipo de proyecto. Las personas se renuevan conforme a las necesidades.
El proyecto se puede dimensionar atendiendo a los siguientes criterios:
- Grado de experiencia/formación. Si es alto, es recomendable optar por el agilismo. En caso contrario, se recomienda optar por enfoques más tradicionales.
- Dinamismo. Está relacionado con el porcentaje en cambios de requisitos. Si los requisitos se modifican continuamente, es recomendable escoger el agilismo. En caso contrario, lo ideal es seleccionar prácticas tradicionales.
- Cultura. Una cultura jerárquica con muchos procesos implica un enfoque tradicional, para acceder a cadenas de mando y comunicaciones. En caso contrario, es mejor adoptar enfoques ágiles.
- Tamaño. Si el equipo está conformado por pocas personas, se opta por un enfoque ágil. En contraposición, si hay muchos miembros, el enfoque es tradicional.
- Criticidad de los errores. Si los errores pueden ser muy críticos, se selecciona enfoques tradicionales. En caso contrario, se opta por el agilismo.
Información extraída del webinar impartido por Patricia Sanabria para EALDE Business School.
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