Las empresas intentan controlar todos aquellos riesgos a afrontar durante el desarrollo de su actividad. Estos riesgos que afectan a las compañías se pueden clasificar en cuatro grandes categorías, afectando a las personas, patrimonios, pérdida de beneficios y Responsabilidades Civiles (R.C.s).
- Personas. Son el principal activo de las organizaciones y como tal se ven expuestas a riesgos que pueden ir desde lesiones hasta pérdidas de vidas humanas. Los temas que afectan a las personas en materia de riesgos son A&H (accidentes y salud), Vida, Pensiones, K&R, Expat. Además, aquí entran los empleados desplazados a otros países y las implicaciones del Deber de Cuidado o «Duty of Care» que las empresas tienen respecto a ellos.
- Patrimonios. En ocasiones las empresas se ven sometidas a riesgos que afectan a su patrimonio, a los bienes materiales de la empresa. Las categorías y la gestión del riesgo varían en función de la naturaleza y características de la empresa.
- Pérdida de Beneficios. Muchas veces los daños de la empresa, aún siendo pequeños, pueden llevar a una paralización de la actividad de la organización y pérdidas. La prevención se basa en analizar cuánto tiempo llevaría a la empresa reanudar esa actividad en el peor de los casos. Algunos ejemplos son los del ataque terrorista de ETA que afectó a Telefónica en 1982 o los incendios de las fábricas de Campofrío en 2014 y la de Ybarra en 2016.
- Responsabilidades Civiles. La empresa asume riesgos que puede afectar a terceros y se ve confrontada con estos actores. Aquí tienen cabida las siguientes:
–RC de Explotación. Contar con una instalación en la que la empresa desarrolla su actividad implica riesgos que pueden afectar a los individuos que se encuentran en ella, por ejemplo, caídas de clientes.
– RC Locativa. Los inmuebles en los que la empresa desempeña su actividad también conllevan riesgos, por ejemplo, caídas de cornisas.
– RC de Productos. El lanzamiento de productos implica una responsabilidad derivada de ese producto. Un claro ejemplo es el de Talidomida en 1957.
– RC por contaminación accidental. Hace referencia contaminaciones por accidentes.
– RC por contaminación gradual. Guarda relación con la anterior responsabilidad civil, pero en este caso la contaminación se produce gradualmente.
– RC Profesional o por mala praxis, que afecta a profesionales como aparejadores, médicos, notarios, etc.
– RC Profesional de contratación obligatoria, que afecta a profesionales como arquitectos, corredores de seguro, etc.
– RC para consejeros y directivos. Trata sobre las responsabilidades profesionales que el consejo directivo de una empresa puede incurrir cuando está tratando la práctica normal de la compañía.
– RC por bienes en custodia, entre los que se encuentran los bienes de terceros.
– RC específicas con sus propias regulaciones.
Los profesionales del Risk Management deben analizar los riesgos enmarcados en cada una de estas categorías. Su impacto e importancia vendrán determinados por la actividad que realice la organización y el lugar donde la esté llevando a cabo.
Información extraída del webinar impartido por Mariano Blanco para EALDE Business School.
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