Las empresas deben realizar un análisis interno antes de salir al extranjero. Internacionalizarse implica operar en un mercado global y estar sometidos a mucha competencia. Las compañías tratan con personas de otras culturas, idiomas y costumbres al salir al exterior. La internacionalización supone una salida de la zona de confort y una dificultad añadida al proceso de producción de la empresa. Esta salida obliga a una inversión inicial y tensiona el cash flow de la empresa.
Entre los principales motivos para exportar se encuentran los siguientes, atendiendo a la macroeconomía:
1.Aumento del nivel potencial del mercado de la compañía.
2.Disminución del riesgo global de dependencia de un mercado.
3.Compensación de las posibles debilidades del mercado doméstico.
Hay que sumar otras razones para internacionalizarse, atendiendo a la situación de la empresa y a los factores microeconómicos:
4.Caída de las ventas nacionales.
5.Disposición de los recursos productivos y financieros necesarios para salir al exterior.
A estos motivos se le añaden los siguientes, considerando diferentes aspectos:
6.Posibilidad de dar empleo y ocupación al personal existente.
7.Oportunidad de mejorar en procesos, costes y calidad.
Estos son los principales motivos por los que las empresas deben internacionalizarse. No obstante, las compañías no deben salir al exterior si la propiedad, la dirección general o el equipo encargado de aplicar la internacionalización no quiere; o se necesita el proyecto internacional para tapar un hueco de tesorería a corto o medio plazo.
La internacionalización está hoy al alcance de todas las empresas, independientemente de su dimensión. Algunas lo hacen buscando nuevos mercados, otras para proveerse, otras deslocalizando la logística o la producción. Las compañías han de tener en cuenta los anteriores motivos y consideraciones en el momento de internacionalizarse. Una vez que consideradas estas razones en Comercio Internacional, se debe seleccionar el mercado al que salir.
Información extraída del webinar impartido por Iñaki Acosta para EALDE Business School.
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